Fútbol en la Ribera del Serpis.

A finales de la década de los setenta era frecuente, para quien paseara en el mes de Agosto por la partida de La Drova, encontrarse con Arias, Solsona, Kempes, Castellanos o Carrete.
Se trataba de la plantilla del Valencia CF, que realizaba su stage de pretemporada en el Hotel Monte Mondúver, situado a 10 kilómetros de Gandia y desde el que se podía contemplar la silueta imponente de la montaña del mismo nombre.
 
El equipo ché se concentró durante varias temporadas en unas buenas instalaciones hoteleras, que habían sido inauguradas en la década de los sesenta y que ofrecían aguas saludables, un paraje tranquilo rodeado de sendas donde ejercitarse y temperaturas más suaves (La Drova, perteneciente al término de Barx, está situada a 375 metros sobre el nivel del mar).
El Valencia realizaba doble sesión de entrenamiento: una por la mañana, en las inmediaciones del hotel y otra, avanzada la tarde, en el estadio Guillermo Olagüe, utilizando en ocasiones, igualmente, el modesto campo de fútbol municipal de Barx.

Aprovechando su presencia en Barx, el Valencia disputaba, cada verano, en el mes de Agosto, un partido amistoso contra el Club de Futbol Gandia. Un partido que se convirtió en un clásico entre 1976 y 1980 y que despertaba no poca expectación entre la afición de la comarca, además de suponer un incentivo económico nada desdeñable para las arcas (habitualmente maltrechas) del equipo blanquiazul.

El primer partido de la serie se disputó el 1 de Agosto de 1976. El Gandia militaba por entonces en una potente Tercera División de solo 4 grupos y el resultado fue de Gandia 1-Valencia 4, con goles de Marí para los gandienses  y Jhonny Rep, Lobo Diarte, Carrete y Acosta para el Valencia.

Un año después, Roberto Gil, ex-jugador valencianista, dirige, en los albores de su carrera como entrenador, al equipo blanquiazul. Es el verano de 1977 y el Gandia pierde por un ajustado 1-2 ante un Valencia en el que comenzaba a brillar su gran estrella: el argentino Mario Alberto Kempes. En el Gandia aún pudo jugar el capitán Soldevila, mito blanquiazul que, tras 13 temporadas en el primer equipo, había sido objeto de un partido homenaje de despedida, un mes antes.

En 1978 Roberto Gil cumple su segunda temporada al frente de uno de los mejores Gandia de la historia que, en la temporada 1978/1979, quedará a 1 solo punto del ascenso a Segunda B. El partido de pretemporada contra el Valencia se disputa un Viernes 4 de Agosto, despertando una expectación desbordante.
  La gran atracción del partido no puede ser otra que Kempes, el mejor jugador del mundo, que apenas mes y medio antes se había proclamado campeón del mundo con la selección argentina, además de máximo goleador y mejor jugador del campeonato.
Según cuentan las crónicas, el llenazo en el Guillermo Olagüe fue espectacular y la directiva gandiense, que presidía Antonio Muñoz, vendió, incluso, más entradas que localidades disponía el aforo del recinto, recaudándose casi dos millones de pesetas, una cantidad muy importante para la época.
El Gandia formó en ese partido con Parreño, Pomar, Chova, Sorribes, Juanín, Montaner, Palonés, Cano, Dolz y Errandonea. En el Valencia, el entrenador francés Marcel Domingo no escatimó en recursos y sacó, de partida, a su artillería pesada: Manzanedo, Botubot, Palmer, Arias, Carrete, Bonhof, Castellanos, Cabral, Saura, Lobo Diarte y Kempes, aunque en el descanso se produjeron algunos cambios y Pablo Rodríguez, entre otros, entró por Kempes.
  Pese a que el Gandia ofreció resistencia, el Valencia acabó imponiéndose por 0-5, con tres goles del Lobo Diarte, erigido en estrella del partido, y otros dos de Cabral y el alemán Bonhof.
La anécdota del partido la protagonizó un apagón registrado en el minuto 34 de la segunda parte, algo que sucedía con cierta frecuencia en la época, y que obligó a detener el partido durante 20 minutos.

En 1979 entrenaba al Gandia otro ex-valencianista, José Manuel Pesudo, que contó con, prácticamente, el mismo bloque de jugadores que brillaron en la temporada anterior. La excepción fue la marcha del extremo Vicente Palonés quien, con 17 años, fichó por el Valencia a cambio de 6 millones de pesetas.
El equipo ché, que un mes antes se había proclamado campeón de la Copa del Rey ante el Real Madrid con dos goles del «Matador» Kempes, presentaba como principal novedad el regreso en el banquillo de Alfredo Di Stéfano.
Kempes, sin embargo, no participó en un partido en el que se impuso el Valencia por 1-4 y que significó el debut con el equipo del murciélago, precisamente, del gandiense Palonés. El argentino Felman adelantó a los valencianistas en el minuto 34, llegándose al descanso con un ajustado 0-1. Tras la reanudación, marcaron Pablo Rodríguez y el mismo Palonés por partida doble, anotando el gol del honor gandiense el delantero navarro Errandonea.

 Salvador Martí, de nuevo otro ex-valencianista, dirige al Gandia en el verano de 1980.  El club de La Safor, con problemas económicos, apuesta por jugadores de la cantera para competir en una Tercera División muy devaluada por la ampliación de grupos.
El Valencia, que acaba de ganar la Recopa de Europa ante el Arsenal, se muestra muy superior y da buena cuenta de los blanquiazules, imponiéndose por 2-8.   
En el Gandia juega el canterano Juárez, un prometedor futbolista de 18 años que debutará con el primer equipo del Valencia años después.
Carbonell, veterano delantero formado en el Mestalla, marca de penalti los dos goles del Gandia, mientras por parte valencianista anotan Arias, Kempes, Morena, Castellanos, Villanueva (2), Pablo Rodríguez y el gandiense Chova en propia meta.
 

Con la llegada de la década de los ochenta la visita del Valencia a La Drova se espacia en el tiempo. La última referencia es de 1983 y el preceptivo amistoso se disputa un 30 de Julio de ese año con el sorprendente resultado de empate a 1 gol, adelantando Saura al Valencia en la primera parte y consiguiendo el gol del empate el canterano del Gandia Ginés, en la recta final del partido.

El «Hotel Monte Monduver» acabará cerrando sus puertas para ser reconvertido en un centro geriátrico, pero queda, sin embargo, en la memoria de los aficionados, el recuerdo de aquellos años en que el Guillermo Olagüe era parada obligatoria en la pretemporada del Valencia. Aquellos años en que Kempes, Saura o Lobo Diarte trotaban a la sombra del macizo del Montdúver; la montaña que dió nombre al viejo estadio blanquiazul que cerró sus puertas a finales de los años sesenta; la montaña cuya cima regala siempre al visitante la estampa irrepetible de la comarca de La Safor y del mar infinito.

Xavi Martí-Fútbol en la Ribera del Serpis.

19-08-2023.