Estrenada en 1960 «Los Siete Magníficos» se convirtió en un clásico del Cine del Oeste. En la película, los habitantes de un pequeño pueblo de campesinos contratan a siete pistoleros, cada uno con una habilidad especial en el manejo de las armas, para que les ayuden contra una banda de forajidos que roban sus cosechas y abusan de sus habitantes. Mercenarios con ética, los siete pistoleros se solidarizan con los lugareños y empatizan con ellos por encima de las obligaciones que les confiere una modesta paga…
Las dos temporadas transcurridas entre 1994 y 1996 suponen una de las páginas más recordadas en la historia del CF Gandia. En 1994 el equipo blanquiazul, tras los éxitos de los ochenta, se encuentra en Tercera División, ahogado por las deudas y con una afición que ha desertado del Guillermo Olagüe. Es entonces cuando Ignacio Avilés, el presidente del primer ascenso en 1986, regresa a un club que se encuentra al borde de la desaparicion. Avilés encabeza un nuevo proyecto deportivo integrado por un puñado de veteranos futbolistas gandienses (de nacimiento o de adopción) que regresan, en el ocaso de sus carreras y por menos dinero del que hubieran percibido en otros clubs, para volver a defender la camiseta blanca y azul a rayas verticales.
Fue el regreso de nuestros particulares «Siete Magníficos». Esta es la película.
LOS SIETE MAGNÍFICOS.
Juanjo Juárez. Debuta en el Gandia en la temporada 1980-1981 y una temporada después ficha por el Mestalla. Zaguero sólido y fiable, muy fuerte físicamente, tras cuatro campañas y media en el filial debuta con el primer equipo del Valencia, en Primera División, mediada la temporada 1985-1986. En el equipo ché jugará dos temporadas y media antes de fichar por el Recreativo de Huelva, en Segunda A. En la temporada 1990-91 ficha por el Albacete y se convierte en insustituible en el equipo que entrena el ex-gandiense Benito Floro, consiguiendo un histórico ascenso a Primera División. Con el «Queso Mecánico» participará en 31 partidos en la máxima categoria. Posteriormente jugará en el Murcia y el Villareal.
César Melo: Sus comienzos son idénticos a los de Juárez: debuta en Gandia en la temporada 1980-81 y pasa posteriormente al Mestalla. A partir de la temporada 1982-83 comienza una larga trayectoria como trotamundos de la Segunda B, defendiendo las camisetas de Alcoyano, Compostela, Salamanca, Alzira, Gandia (regresa en la temporada 1990-91) Yeclano, Polideportivo Ejido y Novelda. Delantero de gran envergadura y rematador nato, su mejor momento deportivo lo vivió con el Salamanca, con el que debutó en Segunda A en la temporada 1988-89.

Vicent Martí «Chesa»: Pequeño y habilidoso delantero del Grau, salta al Gandia en la temporada 1981-82. Durante el servicio militar juega en Segunda B con el Compostela (1983-1984). Una inoportuna lesión en la siguiente temporada frustra su fichaje por el Valencia, lo que no le impide ser máximo goleador, con 13 goles, del Gandia que dirige Benito Floro. Clásico de la Segunda B valenciana, además de defender la camiseta del Gandia juega con el Olímpic de Xàtiva durante tres temporadas. Con el equipo setabense rozará el ascenso a Segunda A en la temporada 1987-88. En la temporada 1990-91 ficha por el Ontinyent en Tercera División y una temporada después regresa al Gandia en Segunda B.
Carlos Santandreu: El más precoz del grupo. Debutó con solo 16 años con la camiseta blanquiazul en Vall d’ Uixò, anotando un gol en la jornada 6 de la temporada 1983-84. Alto y buen rematador de cabeza, era el típico delantero aguerrido y fajador ante los defensas rivales. Fue protagonista del primer ascenso a Segunda B y del debut del Gandia en la categoría. Jugó también con el Benidorm y el Olímpic. En la temporada 1990-91 ficha por el Espanyol para jugar con su filial, el Hospitalet. Su mejor momento llegará una temporada después (1991-92) debutando en Segunda A con la UE Lleida. Regresaría a Gandia 1 año después en el proyecto fallido de Paco Sapena.

Vicente «Cuqui» Vidal. Procedente de la prolífica cantera del Portuarios, debuta en el Gandia en la temporada del ascenso ante el Maspalomas y se consolida como titular, pese a su juventud, en la retaguardia gandiense. En la temporada 1990-91 llega su gran oportunidad al fichar por el Levante en Segunda A. Con los granotas jugará tres temporadas antes de fichar por el Valdepeñas en Segunda B (1992-93).
Juan Pablo Martínez Espín. De origen murciano, se formó en la cantera del Real Murcia. Llega a Gandia en la temporada 1987-88 procedente del Alcoyano. En el equipo gandiense jugará tres temporadas, consagrándose en la última de ellas como un guardameta de gran solvencia. Fue, en efecto, la temporada 1989-90, una de las mejores de la historia blanquiazul en la que el Gandia estuvo de conseguir el ascenso a Segunda A y en la que Espín jugo los 38 partidos de Liga. Su gran temporada facilita su fichaje por el Orihuela, con el que debuta en Segunda. Pese a hacer una magnifica temporada, el equipo oriholano acabará desciendiendo por impagos a sus futbolistas. Jugará posteriormente en el Polideportivo Ejido, Yeclano y Águilas.
Ginés Asensio. Natural de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), se formó en la cantera del Albacete. Llega a la capital de La Safor en la temporada 1987/88 ptocedente del Imperial, filial del Real Murcia. Con el Gandia jugará dos temporadas, en las que se destapa como un talentoso mediapunta. En las siguientes campañas se consagra como un jugador muy cotizado en Segunda B, defendiendo las camisetas de Villareal, Tomelloso, Alcoyano, Levante y Xerez.

EL DIRECTOR
Damián Castaño. Muy vinculado al presidente Ignacio Avilés desde los tiempos del Escuelas Pías, dirigió desde muy joven a diversos equipos de la cantera hasta ocupar el cargo de segundo entrenador con Quique Hernández, en la temporada del primer ascenso (1985-1986) y, posteriormente, con Luis María Astorga en Segunda B. Como primer entrenador dirigió al Gandia Juvenil de Liga Nacional y posteriormente al Benissa durante tres temporadas, así como al Tavernes. En la temporada 1992-93 debuta en Tercera División con el Calpe, al que está a punto de clasificar para la promoción de ascenso. En la siguiente temporada debuta como entrenador del Gandia, pero tras 7 jornadas, disconforme con la gestión de Alberto Pina, es cesado por éste.
EL PRODUCTOR.
Ignacio Avilés, nacido en 1932 en Osa de Montiel (Albacete) llega a Gandia en 1954. Empresario hecho a sí mismo, de origen muy humilde, se convierte en un importante empresario del sector de la construcción. En la década de los setenta preside al Escuelas Pías y tras la fusión de éste con el CF Gandia entra a formar parte, sucesivamente, de las directivas de Vicente Ribes, Antonio Muñoz y José Avaria. En 1984 derrota, en las primeras elecciones de la historia a la presidencia del Gandia, a Avaria y se convierte en nuevo presidente blanquiazul. Trabajador infatigable y de espíritu emprendedor, apostará por entrenadores jóvenes en sus primeras temporadas. Con Benito Floro el proyecto no terminará cuajando, pero con Quique Hernández conseguirá el primer ascenso a Segunda B en la temporada 1985-86. En 1988 renuncia a la presidencia debido a problemas graves de salud.

EL ARGUMENTO
En 1994 el Gandia se encontraba al borde de la desaparición. Alberto Pina, presidente por accidente ante el vacío de poder provocado por la dimisión de Francisco Sapena en el comienzo de la temporada 1993-94, gestionaba las ruinas de un club colapsado cuya afición había desaparecido del Guillermo Olagüe. En lo deportivo, tras la marcha de la mayoría de los integrantes de la plantilla en la jornada séptima, se confeccionó un equipo de circunstancias, integrado por jóvenes de la cantera, que finalmente logró la permanencia, posiblemente más por deméritos de otros históricos, también entrados en desgracia como Orihuela y Alzira, que sí descendieron, que por méritos propios.
Pero para encontrar el origen del declive del Gandia debemos remontarnos dos temporadas atrás, a la campaña 1991-1992. Bajo la presidencia de Vicente Morant los problemas económicos comienzan a lastrar el potencial deportivo y obligan a confeccionar un equipo modesto (que contó curiosamente con 5 jugadores asturianos) que lucha por evitar el descenso. Sapena llega a la presidencia, en el final de esa temporada, sustituyendo a Morant, con renovadas ilusiones y el objetivo de volver a hacer grande al Gandia.
Pero el nuevo proyecto sufrirá dos varapalos deportivos que condenarán al club. El primero llega cuando el Gandia, que lo tenía todo a favor para conseguir la permanencia, acaba descendiendo a Tercera en la última jornada de la temporada 1991-92.
Tras el duro revés se apuesta por reconfigurar los objetivos, confeccionando un equipo de garantias que devuelva al Gandia rápidamente a la categoría perdida. Así, llegan algunos de nuestros protagonistas como Chesa y Carlos Santandreu que, junto a Museros, Susaeta, Cudi o Aguilar conforman una plantilla de gran potencial. Sin embargo, el equipo entrenado por Paco Parreño, fracasa nuevamente y ni siquiera consigue la clasificación para la promoción de ascenso. Este nuevo traspiés será definitivo; la Tercera División no era la de los ochenta y la aficion da la espalda al equipo…
Ignacio Avilés, animado por empresarios y aficionados, decide entonces retomar las riendas de un club moribundo que arrastraba una deuda difícilmente asumible. La lista de acreedores resultaba interminable: ex-jugadores, ex-entrenadores, proveedores, Federación Valenciana, Federación Española, Hacienda, Seguridad Social …la directiva de Avilés tuvo que lidiar con varias amenazas de embargo así como con sanciones federativas al tiempo que debía confeccionar, con un presupuesto muy limitado, un equipo competitivo que pudiera ilusionar, de nuevo, a una desmotivada afición.
La confianza, la capacidad de trabajo y la seriedad que transmitía un gestor eficiente como Avilés, fueron garantías suficientes para que varios jugadores que habían debutado o que se habían consagrado en los ochenta defendiendo al Gandia, regresaran para ayudar al equipo.

TEMPORADA 1994-1995
La elección de Damián Castaño como entrenador no sorprendió a nadie. Hombre de confianza de Avilés y estrechamente vinculado a éste, tanto deportiva como laboralmente, contaba con una dilatada experiencia con la cantera gandiense y había hecho un buen trabajo en el Benissa y en el corto periodo en el que entrenó al Calpe. Junto a él, ejerciendo labores de Secretario Técnico, se encontraba el ex-árbitro y representante de futbolistas Antonio Alfaro.
Ambos, Castaño y Alfaro, construyeron una plantilla heterogénea, liderada por los veteranos de los ochenta, sí, pero combinada con un grupo de jugadores de mediana edad con experiencia en Segunda B, a los que se añadieron algunos «gregarios» del Fútbol Regional y un buen puñado de jóvenes de la Cantera.

En efecto, Enguix, Acris, Manolo, David Muñoz, Lozoya y Paco Lorente eran jugadores que ya habían debutado en Segunda B a principios de los 90 (la mayoría de ellos con el Gandia). El defensa central Paco Lorente había incluso jugado en Segunda A con el Palamós, mientras el talentoso centrocampista Lozoya habia pasado por la cantera del FC Barcelona.
Desde Regional Preferente llegaban los aguerridos Rufo, Juanmi Estruch y el hermano de éste, un joven delantero de 21 años procedente del Benissa, futuro ídolo de la afición, que respondía al nombre de Marcos, Marcos Estruch.
Completando la plantilla y cumpliendo con una de las premisas de Avilés, la de apostar por la cantera, el Gandia disponía de una buena remesa de jugadores jóvenes integrada por Ignacio Català, Pallarés, Guillermo o Paquito.
Otra de las premisas del presidente, buscando que el grado de identificación de la afición con el equipo fuera el mayor posible, era la de confeccionar un equipo integrado por el mayor número de jugadores de la comarca, algo que se consiguió sobradamente, por cuanto a excepción del Ilicitano Lozoya y el gaditano Acris (Espín y Ginés, que llegó en la siguiente temporada, eran foráneos pero habían echado raíces en Gandia), el resto de jugadores y cuerpo técnico de la plantilla eran originarios de Gandia y La Safor.
El comienzo de la primera temporada en la nueva «Era Avilés» no pudo ser más ilusionante. El Valencia CF visitó el Guillermo Olagüe en partido amistoso de pretemporada, un 27 de Julio de 1994. Fue un encuentro que provocó una gran expectación en la ciudad (el equipo ché no visitaba Gandia desde 1988) y que se vio reflejada en una excelente asistencia de espectadores (el lleno fue total).
Más allá del anecdótico resultado final favorable al Valencia por 0-1, el partido constituyó un éxito doble, pues sirvió para volver a encender la llama de la afición, apagada tras años de decepciones, y porque dejó en las arcas gandienses, tremendamente necesitadas, la nada despreciable cifra, para la época, de 2 millones de pesetas.
El árbitro fue Alfaro Pérez, Secretario Técnico del Gandia, que con este partido ponía punto y final a su carrera tras siete temporadas consecutivas arbitrando en Segunda B.
En cuanto a la Liga, pese a que en la segunda jornada el Gandia sufre un duro traspiés en el campo del Pinoso con derrota por 4-0, el equipo evidencia rápidamente su potencial y se posiciona desde las primeras jornadas en los puestos de promoción. En la jornada 20 el Gandia se encaramaba a la primera posición de la tabla para no soltar el liderato hasta el final del campeonato. El equipo blanquiazul se proclama brillante campeón de Tercera División (el segundo título de su historia) tras superar con 58 puntos a su máximo competidor, el Onda, que queda en segunda plaza con 54.
Los gandienses cimentaron su éxito en una gran regularidad como local: el Guillermo Olagüe se convierte en un fortín en el que el Gandia se impone en 16 de los 19 partidos disputados. Además, solo conocerá la derrota en tres ocasiones: la mencionada ante el Pinoso en los albores del campeonato, y otras dos contra el Alberic.
Quedaba, sin embargo, el momento culminante de la temporada: la promoción de ascenso.
El Gandia, al que las apuestas apuntan como favorito, queda encuadrado en el grupo C1 junto con el Muleño, Atlético Baleares y Barcelona C. La liguilla de ascenso comienza en casa con una mínima victoria por 1-0 ante un duro Muleño, que acabará el partido con tres jugadores expulsados.
En la segunda jornada el Gandia visita el Mini Estadi para medirse a un Barcelona C que se antoja el rival más peligroso. Los barcelonistas llegan con una cifra espectacular de 101 goles marcados en Liga. El Gandia aguanta bien las embestidas rivales en la primera parte, pero en los primeros compases de la reanudación dos goles de Juan Carlos Moreno (minutos 47 y 53) encarrilan el partido en favor del equipo blaugrana. Con el Gandia volcado en el área contraria, el Barcelona conseguiría el 3-0 en el minuto 81, obra de nuevo de Juan Carlos Moreno, auténtica bestia negra gandiense en una tarde de infausto recuerdo.
Lo cierto es que viendo la trayectoria posterior de muchos de los jugadores de aquel desconocido Barcelona C, como Arnau, Xavi Moro, Juan Carlos Moreno, Javi Moreno o Setvalls, no resulta tan sorprendente el duro correctivo sufrido por un equipo tan solvente como aquél Gandia.

En el siguiente partido el Barcelona C devolvía visita al Gandia en el Guillermo Olagüe. La consigna de los de Damián Castaño no era otra que la de ganar o ganar , pues otro resultado hubiera dejado al equipo sin opciones.
El Guillermo Olagüe se vistió de gala y se convirtió en una olla a presión que llevó en volandas a un Gandia cuyos jugadores salieron al terreno de juego con un cuchillo entre los dientes. Se trataba de cohibir, aprovechando su escasa experiencia en ambientes tan hostiles, al joven y superdotado equipo barcelonista, anulando de esta manera su manifiesta superioridad técnica.
El Gandia consiguió llevar el partido a su terreno. Fue un partido bronco, con continuas interrupciones, que comenzó a inclinarse del lado gandiense cuando el culé Xavi Moro recibía la segunda amarilla y dejaba a su equipo en una inferioridad que no iba a tardar en aprovechar el Gandia, pues en el minuto 42 Marcos adelantaba a los blanquiazules y llevaba el partido al descanso con el marcador de 1-0.
El Gandia intentó igualar el gol average en la segunda parte pero, tras la expulsión del gandiensrCarlos Santandreu, que equilibraba la contienda, tuvo que contentarse con preservar la victoria. El Gandia vencía por la mínima y seguía vivo pero, con el goal average perdido, necesitaba ganarlo todo y esperar un tropiezo del Barcelona C.
En las dos siguentes jornadas el Gandia se impondría en los campos de Muleño y At. Baleares, mientras observaba con inquietud cómo el Barcelona C hacía lo mismo.
Llegados a la última jornada el Gandia necesitaba ganar en casa al At. Baleares y esperar, y esto último parecia más difícil, un empate o una derrota del Barcelona C en Mula.
El Gandia, muy súperior, pero nervioso y con escasa punteria, tuvo que esperar hasta el minuto 61 para adelantarse en el marcador por mediación de Carlos Santandreu. Poco después Chesa conseguía el 2-0 que encarrilaba la victoria, pero las noticias que llegaban desde Mula estaban lejos de ser positivas …
El Gandia se impuso finalmente por 2-1, pero conocido el resultado del Barcelona C, que se impondría finalmente por 0-2 en tierras murcianas, resultó una victoria amarga.
Tras una brillante temporada el CF Gandia, duramente penalizado por esa única derrota del Mini Estadi, se quedaba sin ascenso.
Pero el sueño de volver a Segunda B iba a renacer en las siguientes semanas a través de los despachos; el Palamós, descendido a Tercera Division por impagos, dejaba una vacante en Segunda B que, parecía, por méritos deportivos, debía corresponderle al Gandia.
«El caso Palamós» dejo en vilo a la afición gandiense durante todo el verano de 1995, pero el «culebrón» finalizó de la peor manera posible, pues la Federación Española decidía conceder la plaza, por encima de los méritos deportivos, a un equipo de la misma federación que el Palamós, la catalana. De esta manera, el Gavà, sexto en el grupo catalán (ni siquiera disputó la promoción) acabó ascendiendo.
TEMPORADA 1995-1996

Con la doble decepción provocada por el ascenso frustrado, en el campo y en los despachos, el Gandia comenzó una nueva temporada resuelto a conseguir por fin el objetivo.
Damián Castaño contaba básicamente con el mismo bloque. Las bajas más sensibles fueron las de Chesa, que fichó por el Tavernes, y Lozoya que lo hizo en el Benidorm, mientras llegaban dos centrocampistas «foráneos» curtidos en Segunda B como Moret, procedente del Benidorm y especialmente el alzireño Balaguer, que había empezado la temporada en el Castellón. Pero los dos refuerzos de lujo fueron dos delanteros bien conocidos por la hinchada, que completaban el septeto «Magnífico». Se trataba del talentoso Ginés, que llegaba del Xerez, y del rematador César Melo, quien reforzaba al equipo en la segunda vuelta tras disputar media temporada con el Novelda. En cuanto a la cantera, la gran revelación era Ausiàs Solanes, un extremo que conseguía afianzarse en el equipo titular, procedente del filial.
La Liga parecía llevar los mismos derroteros que en la temporada anterior y todo hacia presagiar un nuevo título de campeón. En la jornada 21 el Gandia era líder destacado con 4 puntos de ventaja respecto al Eldense, su máximo perseguidor. Sin embargo, en la siguiente jornada, una inesperada derrota en casa por 0-2 ante el Vall d’ Uixó, un equipo de la zona media-baja, significó el comienzo de una racha inexplicable de 9 partidos sin ganar que provocaron, no sólo la pérdida del liderato, sino también el quedar apartados de los puestos de promoción.
Afortunadamente la hemorragia de puntos se detuvo en la jornada 31 con una victoria por 1-2, en los últimos instantes del partido, en el campo del Utiel, un rival directo. El triunfo fue el punto de inflexión esperado, pues en las últimas 8 jornadas el Gandia consiguió 7 victorias que le aseguraron la tercera posición y el acceso a la lucha, de nuevo, por el ascenso.
El sorteo quiso que dos equipos históricos, Águilas y Europa, junto con el desconocido Sóller balear, fueran los rivales en la liguilla decisiva por el ascenso.
Siguiendo la estela de un final de Liga victorioso, el Gandia comienza la liguilla como líder tras ganar en casa al Águilas y al Sóller, y empatar en el campo de éste.
En la cuarta jornada, sin embargo, una derrota en el campo del Águilas por 2-1 desbanca del liderato al Gandia en favor del Europa. Restan, pues, dos partidos ante el equipo barcelonés que serán decisivos…
El Gandia juega en la penúltima jornada en el Nou Serdenya del barrio de Gràcia, el estadio del Europa, sabiendo que una nueva derrota le apartaba del ascenso.
El Gandia se encontró en Barcelona con un ambiente escasamente amistoso, lo que provocó que el partido se endureciera por momentos. Se cumplía el minuto 78 y el marcador señalaba un empate sin goles que casi se daba por bueno, pues dejaba la resolución del ascenso para la última jornada en Gandia, cuando un contragolpe culminado por Marcos adelantaba a los blanquiazules. El gol de Marcos iba a ser decisivo para conseguir una victoria en Barcelona (0-1) que servía, además, para recuperar el liderato y encauzar el ascenso. Un empate e incluso una derrota minima en el último partido en casa sería suficiente para conseguir el ansiado objetivo.
El sábado 29 de junio de 1996 se disputaba el decisivo Gandia-Europa. El espíritu de Maspalomas sobrevolaba el Guillermo Olagüe, aunque era evidente que los tiempos habían cambiado y que la magia de aquel momento iba a ser difícilmente repetible.
Pese a ello el estadio blanquiazul presentó un gran ambiente para aupar a un equipo gandiense que, tras la «batalla» del Nou Serdenya, afrontaba el partido mermado por las importantes bajas de Espín, Carlos Santandreu y Marcos.
Fue un partido típico de promoción, duro, y con mucha tensión. Los gandienses se quejaron del trato recibido una semana antes en Barcelona por parte del Europa y éstos no fueron, precisamente, recibidos con los brazos abiertos.
La jugada clave del partido llegó en el minuto 23 con un penalti a Enguix muy protestado por el Europa, que provocó la expulsión del visitante Francisco por insultar al árbitro. La pena máxima la ejecutó Ginés tras rematar el rechace inicial del portero. Poco antes del descanso el Europa se quedó con una nueva inferioridad por la expulsión de Colomer, dejando el partido claramente en franquicia para el Gandia.
En la segunda parte la contienda se equilibró ligeramente con la expulsión de Ginés, pero ésta no tendria mayor repercusión en el desarrollo del partido. El Gandia se limitó a mantener la ventaja y no dio opción a un equipo barcelonés carente de recursos.
10 años y 21 días después del primer ascenso, el Club de Fútbol Gandia se imponía por 1-0 al Europa, cerraba una oscura etapa y regresaba a Segunda División B. Misión cumplida.

EPÍLOGO
Ignacio Aviles finalizó su mandato en la temporada 1997-98, celebrando el 50 aniversario del club con el equipo en Segunda División B. Considerado, con permiso de Guillermo Olagüe, el mejor presidente de la historia del Club de Futbol Gandia, falleció a los 87 años en el verano de 2019.
Damián Castaño debutaría como entrenador de Segunda B con el Gandia en la temporada 1996-97, consiguiendo el objetivo de la permanencia. De trayectoria intermitente, entrenaría a varios equipos de la comarca. Volvió para dirigir al Gandia en Tercera División en la temporada 2001-2002 y posteriormente en la 2014-2015 en Primera Regional.
Cuqui Vidal y Juárez jugaron con el Gandia en segunda B una temporada más. Juárez entrenaría al Gandia en Tercera División en las temporadas 2004-05 y 2005-06.
Espín se retiró en la temporada 1999-2000, a la edad de 35 años, consiguiendo el único título del club gandiense como campeón de Segunda B. Posiblemente el portero más importante en la historia del Gandia, Espín colgó los guantes tras 9 temporadas defendiendo la portería blanquiazul.
Chesa, tras jugar en Regional Preferente, colgó las botas y se convirtió en segundo entrenador del Gandia con César Ferrando. Como primer entrenador se convirtió en un clásico de los banquillos de la comarca, dirigiendo al Tavernes en Regional Preferente o al Oliva en tercera Division (2004-05), entre otros. Llevó al Gandia de Segunda Regional a Regional Preferente en el periodo 2018-2020.
Carlos Santandreu jugaría dos temporadas más con el Gandia en Segunda B, colgando las botas en la temporada 1997-98.
César Melo se retiró con el Gandia en la temporada 1995-96 y entrenó posteriormente a varios equipos de la La Safor en categoría regional.
Ginés, tras su última gran temporada en el Gandia, en la que fue máximo goleador con 20 tantos, regresa a Segunda B para jugar en las filas del Manlleu, donde apenas participó debido a una lesión. Colgó las botas en el Tomelloso en la temporada 1997-98. Afincado en Gandia, como entrenador estuvo muy vinculado a La Font y, posteriormente, al Beniopa. El 18 de Marzo de 2013, tras una comida, se sintió indispuesto, falleciendo de manera súbita a los 46 años. Su muerte provoco una gran consternación en la ciudad.
Paco Lorente jugaría dos temporadas mas con el Gandia en Segunda B, completando un total de siete cursos defendiendo la camiseta gandiense. En el año 2002 falleció inesperadamente de un fallo cardiaco tiñendo de luto, ante la perplejidad generalizada, al fútbol gandiense. Tenía tan solo 32 años.
En cuanto a Marcos Estruch, debutó en Segunda B con el Gandia en la temporada 1996-1997. En la campaña 1999-2000 fue uno de los grandes protagonistas del título de campeón de Segunda B, anotando 14 goles. Jugaría en Segunda A con el Jaén y el Castellón, donde estuvo cuatro temporadas y fue muy querido por la afición «orelluda». Militó también en el Cartagonova, Alicante y Alcoyano. Leyenda indiscutible del Gandia, en su último partido consiguió el gol del ascenso a Segunda B, ante La Roda, en la temporada 2009-10.
La película «Los siete magníficos» contó con una excelente banda sonora y con un magnífico reparto (Yul Brinner, James Coburn, Charles Bronson y Steve McQueen), pero también destacó por sus brillantes diálogos, que incluían alguna de las frases más recordadas en la historia del Cine. Una de las más memorables la pronuncia el protagonista (Yul Brinner) dirigiéndose a los campesinos mejicanos y sirve para condensar perfectamente el espíritu de aquel histórico equipo del periodo 1994-1996 que lideraron Juárez, César Melo, Chesa, Carlos Santandreu, Cuqui Vidal, Ginés y Espín, «Los Siete Magníficos del Club de Fútbol Gandia»:
«He trabajado para hombres que me daban mucho…pero jamás para alguien que me lo diera todo».

En memoria de Ginés Asensio, Paco Lorente e Ignacio Avilés.

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