El 4 de Noviembre de 1956 los tanques soviéticos entran en Hungría para sofocar la rebelión popular que trataba de derrocar al gobierno e implementar una serie de reformas en el país. Sofocada la revuelta por las armas, 200.000 húngaros marcharán al exilio, y entre ellos muchos de los mejores futbolistas del país. Hungría, en efecto, campeona olímpica en Helsinki 1952 y subcampeona del Mundial 1954, tras caer inesperadamente en la final ante Alemania Federal (3-2), podía presumir de tener una de las mejores selecciones del mundo.

Muchos de aquellos futbolistas exiliados recalaron en la liga española, donde fueron acogidos con los brazos abiertos por el régimen franquista. Kocsis, Czibor o Puskas (que jugaron en el Barcelona y Real Madrid) eran los más conocidos, pero otros muchos húngaros ficharon por equipos españoles. Como Peter y Csoka, dos futbolistas herrantes en una Europa convulsa, dos futbolistas de recuerdo sepultado por el olvido. Dos húngaros que jugaron en la Gandia de los cincuenta un partido amistoso que despertó una inusitada expectación. Esta es la historia de ellos dos y de un partido en el Mondúber.
Peter Illku y Joszef Csoka tenían 20 años cuando fueron invitados a participar, en Austria, en un partido amistoso de Navidad con el Rapid de Viena. Ya no regresarían a Hungría. Ilku (rebautizado en España como Peter) había jugado en el Vasas de Budapest y el Dorogi FC, siendo internacional en 7 ocasiones con la selección B de su país.
Josef («Pepe«) Csoka, por su parte, fue ex-jugador del gran Honved, uno de los mejores equipos de Europa en la década de los cincuenta e internacional en una ocasión con la selección absoluta húngara.
Ambos futbolistas son reclutados por el Atlético de Madrid en Enero de 1957 pero no pueden participar en partidos oficiales, limitándose a formar parte del denominado At.Madrid «volante», una suerte de equipo itinerante que disputa partidos amistosos por toda España. Uno de esos partidos, disputado el Martes 2 de Abril de 1957 en Gandia, en el marco de una mini gira por la provincia de València en la que disputaron, el día anterior, un partido ante el Levante en el campo de Vallejo, mereció una extensa crónica en las páginas del Diario Marca del 6 de Abril de 1957.
El equipo colchonero que visitó Gandia era una amalgama de jugadores veteranos, jóvenes promesas y los dos fútbolistas húngaros.
El delantero Escudero, internacional con España y uno de los máximos goleadores de la historia del club madrileño, era el jugador más reconocido del equipo junto con el canario Hernández y el argentino Lorenzo (ex-jugador de la Sampdoria). De entre los jóvenes, destacarían por su destacada trayectoria futura el centrocampista Marañón, que jugaría en el Barcelona y Sabadell, el defensa Méndez, importante futbolista del Granada en Primera División, o Sanromán, mítico portero colchonero de la década de los sesenta. El otro portero que integraba la expedición, por cierto, era el alzireño Ripoll, ex-jugador de la UD Alzira y Levante UD, que acababa de fichar por el equipo atlético.

La crónica del Marca comenzaba haciendo una descripción del estadio gandiense: «el campo del Mondugar (sic) es pequeño y sin casi hierba. Es muy apañadito y tiene terreno suficiente para ampliar sus instalaciones».
La visita del equipo colchonero provocó una gran expectación y la mayor taquilla de la temporada, según reza la crónica del Marca, que añadía incluso que «se había incrementado la jornada de trabajo en media hora desde varios dias antes con objeto de tener tiempo libre para poder asistir al encuentro». Cabe recordar que el partido se disputó un Martes, día laborable, y que en Invierno los partidos se disputaban en las primeras horas de la tarde para aprovechar la luz solar debido a la ausencia de iluminación artificial (a Gandia, en el Guillermo Olagüe, no llegaría hasta 1974).
El partido llegaba en un momento de máxima efervescencia futbolística en la capital de La Safor. En la temporada 1953/54 se había conseguido el ansiado debut en Tercera División, y sólo dos temporadas después (1955/56), el equipo blanquiazul había estado a un paso de conseguir el ascenso a Segunda División, una posibilidad frustrada por el Alicante CF en una eliminatoria marcada por la goleada (3-7) sufrida en el partido de ida en el Mondúber, en un partido en el que el portero gandiense Barea sufrió un intento de compra por parte del equipo alicantinista.
El Gandia afrontaba el partido ante el At.Madrid como lider del grupo noveno de Tercera División, después de haberse disputado 29 jornadas de liga y con un punto más que su máximo perseguidor, el Alcoyano. Seguía como entrenador-jugador Pepe Llopis en un equipo que tenía como futbolistas destacados al portero Barea, al gandiense Bonet, Domínguez, Faciaben, Personat, Ara, García Pajares, Soro o Juanete, un veterano que llegó a debutar en el Real Madrid. Con objeto de equilibrar la balanza, el Gandia se reforzó para la ocasión con dos jugadores del Levante, Paredes y Esparza, viejos conocidos de la afición pues habían jugado la temporada anterior en el equipo blanquiazul.
Narra el rotativo madrileño que, ante la expectación provocada por su visita, una representación del At.Madrid, que incluía a los jugadores Peter y Escudero, visitó los estudios de Radio Gandia, desde donde saludaron a la afición gandiense. El húngaro Peter, que no hablaba español, leyó incluso unas palabras escritas en castellano en un papel.

El partido no pudo comenzar mejor para el Gandia, calificado por el Marca de equipo «rápido y batallador», que se adelantó en la primera parte con dos goles. En la reanudación, sin embargo, dos tantos de Escudero y Lorenzo para el At.Madrid, equilibraron el marcador, finalizando el partido con el resultado de empate a dos goles.
Tras conseguir en pocos meses la nacionalidad española, Peter y Csoka, que fueron recibidos en audiencia por el mismísimo Franco, que hizo del exilio de los jóvenes futbolistas húngaros bandera anti-comunista, iniciaron su periplo por el fútbol español. Peter Illku se convirtió en un jugador destacado en la medular del At.Madrid de la siguiente temporada (1957/58), con el que consiguió un subcampeonato de liga, pero el infortunio fue decisivo para truncar su carrera: un grave accidente de tráfico, en el verano de 1958, provocaría graves lesiones en el futbolista magiar, que pasaría largos meses de rehabilitación. Recuperado al fin, Peter no volvió a ser el mismo físicamente, pero sus condiciones técnicas le permitieron, al menos, jugar en equipos de Segunda División, como el Rayo Vallecano o el Condal, filial del FC Barcelona. Cuando el Español lo recupera para la Primera División en la temporada 1961/62, una nueva desgracia, en forma de lesión de ligamentos de la rodilla, le impide enderezar su carrera. Tras jugar en Tercera División en la temporada 1963/64 con el Gimnàstic de Tarragona, donde volvió a coincidir con su compatriota Csoka, Peter se retiró del futbol profesional, fijando su residencia en Catalunya durante muchos años, hasta su regreso a Hungría en 1993, donde falleció, en 2005, a los 69 años.

Csoka, por su parte, no tuvo muchas oportunidades en la delantera del Atlético de Madrid y forjó, como Peter, su carrera en equipos de Segunda División como el Recreativo de Huelva, el Mallorca (con el que consiguió un ascenso a Primera División en la temporada 1959/60) y el Hércules. Tras jugar en Tarragona acabó su carrera en Andorra, donde residió y falleció, en el año 2019, a los 83 años.
En cuanto al Gandia, se tuvo que conformar con el subcampeonato de la liga 1956/57, tras verse adelantado por el Alcoyano en las últimas jornadas, consiguiendo, al menos, clasificarse para disputar una nueva promoción de ascenso en la que, de nuevo, el Alicante CF truncó las ilusiones blanquiazules en la eliminatoria definitiva por el ascenso a Segunda División.
La crónica del Marca de este histórico Gandia-At.Madrid, finaliza reseñando el agasajo con que fue obsequiada, antes de iniciar viaje de regreso a Madrid, la expedición atlética: sus integrantes recibieron 20 vales para tomar horchata en un bar de Gandia y fueron invitados a visitar un huerto, donde pudieron proveerse de naranjas. Sin duda, un final inmejorable.
Xavi Martí. Futbol en la Ribera del Serpis.

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