El momento de la retirada para un futbolista es un hecho tan trascendental como inevitable. Para un profesional, la decisión puede ser un salto al vacío, un echo que puede ser traumático cuando el día después se presenta entre interrogantes, o liberador cuando el cuerpo, curtido de cicatrices, dice basta. Un día llega el último partido, la despedida, el momento de poner punto y final; de detener la rueda de entrenamientos entre semana y partidos los fines de semana; los abrazos de la victoria y las caras largas de la derrota; el pitido final que detiene una vida con fecha de caducidad. Marcar el gol de la victoria y conseguir el ascenso cuando el último partido agoniza es el sueño que todo futbolista ansía en su adiós: el de una despedida apoteósica. Pocos, muy pocos, tuvieron esa suerte. Pero Marcos fue uno de ellos.

Marcos Estruch Martínez (14-9-1973) era de Gandia pero no era del CF Gandia. Su carrera futbolística está marcada por el hecho curioso de que nunca llegó a jugar en la cantera gandiense, realizando todo su ciclo formativo en la del Portuarios, hasta llegar a su primer equipo, en Segunda Regional.
Tras brillar en las filas del equipo del Grau, Fernando Sendra, entrenador y uno de los futbolistas con más talento que tuvo el Gandia de los setenta y ochenta, se convierte en mentor de Marcos, llevándolo, en la temporada 1992/93, a un Pego CF que milita en la Regional Preferente. En la campaña 1993/94 Sendra dirige al Benissa (también en Preferente) y se lleva con él a Marcos, que brilla con su nuevo equipo y queda a 1 sólo punto de conseguir la clasificación para jugar la promoción de ascenso a Tercera División. Su trayectoria no pasa desapercibida en Gandia y recibe la llamada de Damián Castaño, entrenador blanquiazul, para incorporarlo al nuevo proyecto del CF Gandia.
GANDIA. PRIMERA ETAPA.
El Gandia bordea la desaparición en la temporada 1993/94 y es entonces cuando aparece al rescate Ignacio Avilés, el presidente del ascenso a Segunda B en los ochenta, para reflotar a un equipo consumido por las deudas. Con poco dinero el Gandia consigue hacer un equipo competitivo: un gran equipo que persigue el ascenso a Segunda B. Es el Gandia del periodo 1994-1996. Un equipo en el que juega el malogrado y siempre recordado Paco Lorente; también los «Siete Magníficos» (Juárez, César Melo, Chesa, Cuqui Vidal, Ginés, Espín y Carlos Santandreu), un puñado de veteranos que debutaron en los ochenta para volver a ayudar al Gandia en el ocaso de sus carreras; suben de la cantera un grupo de jóvenes encabezados por Ausiàs Solanes e Ignacio Català; hay también unos pocos foráneos, de entre los que destaca un ilicitano con mucho talento formado en La Masia del FC Barcelona, de nombre Lozoya y completan el equipo un pequeño contingente de jugadores curtidos en los campos de tierra de la Regional Preferente integrado por Rufete, Marcos Estruch (pese a tener sólo 20 años) y Juanvi Estruch (hermano de Marcos).
Los primeros meses de Marcos en el Gandia no fueron fáciles, pero Damián Castaño apostó por él y consiguió consolidarse en un equipo que realizó una gran temporada: el Gandia fue campeón del grupo sexto de Tercera División en la temporada 1994/1995, tras sumar sólo tres derrotas, y consiguió clasificarse para disputar la promoción de ascenso. Sin embargo, una única derrota por 3-0 en la liguilla ante el Barcelona C, un jovencísimo equipo que derrochaba talento, privó al Gandia del ascenso, pese a ganar los restantes 5 partidos. De forma injusta el equipo se quedaba sin un premio que, sin embargo, no se haría esperar demasiado.

La temporada 1995/96 no fue tan brillante en el campeonato regular e incluso el equipo llegó a sufrir una crisis, a principios de la segunda vuelta, que puso en duda la clasificación para la promoción pero, finalmente, el Gandia consiguió la tercera plaza y el pasaporte para luchar de nuevo por el ascenso. El Europa-Gandia de la penúltima jornada de la liguilla fue el partido decisivo. El Gandia trataba de amarrar un empate sin goles, que resultaba suficiente para llegar con serias opciones a la última jornada en el Guillermo Olagüe, cuando en el minuto 78 Marcos conseguía el gol de la victoria (0-1) sorprendiendo al portero barcelonés Toni con un fuerte chut desde la frontal del área: era un gol que equivalía a medio ascenso. Fue, sin embargo, un día agridulce, pues Marcos en un partido durísimo, recibió una tarjeta amarilla que le impedía jugar el partido decisivo en casa. Un partido en el que el Gandia volvería a imponerse por la mínima (1-0) al equipo barcelonés de la barriada de Gràcia, certificando, ahora sí, el ansiado retorno a Segunda B.

El primer día de Septiembre de 1996 Marcos debutaba en la categoria de bronce del fútbol español, disputando el primero de una larguísima serie de partidos en la categoría. El Gandia visitaba al Figueres y Marcos conseguía a los 38 minutos de juego adelantar a los blanquiazules. Sin embargo, el potente equipo ampurdanés consiguió remontar en la segunda parte, imponiéndose por un claro 4-1. Fue una temporada sufrida, la 1996/97, en la que el Gandia consiguió la permanencia con un sólo punto más que el primer equipo descendido.
Tras una temporada 1997/98 en la que el Gandia (en el que debuta César Ferrando como entrenador) consigue la permanencia plácidamente, Marcos Estruch se consolida como un destacado delantero de la Segunda B. No es un delantero referente que destaque por sus dotes técnicas ni que asegure un número espectacular de goles, pero sí es un buen complemento, un hombre de segunda línea, un delantero luchador hasta la extenuación y un excelente rematador de cabeza: a Marcos, en efecto, si le centraban una lavadora era capaz de rematarla…
Marcos llama la atención de varios equipos y finalmente acepta una buena oferta del Real Jaén para jugar en el grupo andaluz de Segunda B. Su estancia, sin embargo en Andalucía será corta y, tras jugar sólo 4 partidos, regresa a un Gandia muy necesitado, que ocupa la última posición de la tabla con su casillero de victorias a cero. Su regreso, en la jornada 6, coincidirá con la recuperacion de un equipo que acabará consiguiendo la permanencia con más holgura de lo esperado.

En la temporada 1999/2000 Marcos y el Gandia explotan al máximo sus cualidades. El Gandia de César Ferrando, con un presupuesto modesto y sin grandes figuras, se proclama sorprendente campeón del grupo 3 de Segunda B y se clasifica para disputar la promoción de ascenso. Marcos realiza una temporada espectacular y consigue los mejores registros goleadores de su carrera: anota 14 goles en Liga (segundo máximo goleador del campeonato) y otros 4 en la promoción. El inolvidable Gandia de Espín, Albelda, Carpio, Frigola o Julián luchó hasta el último partido por el ascenso e incluso estuvo, durante algunos minutos, matemáticamente en Segunda A en el último partido disputado en el campo de Lasesarre de Barakaldo. Marcos, quien sino, conseguía adelantar al Gandia en el histórico y vetusto estadio barakaldés, antes de que los locales volteasen el marcador, dilapidando de paso, las ilusiones gandienses.
EL CASTELLÓN Y OTROS HISTÓRICOS.
Tras la gran temporada realizada llueven las ofertas por Marcos y éste ficha por el Cartagonova, un equipo ambicioso que persigue el ascenso a Segunda A. Marcos regresará a Gandia, una temporada después, pero para vestir la camiseta del equipo rival, consiguiendo el único gol de un partido, correspondiente a la quinta jornada de Liga, en el que se impone el equipo cartagenerista. El Gandia, huérfano de sus mejores jugadores, y lejos, muy lejos de repetir la excelente temporada anterior, acaba descendiendo a Tercera esa temporada (2000/2001), mientras el Cartagonova fracasa en su proyecto deportivo y sufre graves problemas económicos. Así, en las últimas jornadas de la temporada 2001/02, Marcos abandona el Cartagonova y acaba recalando, de nuevo, en las filas del Jaén, que milita ahora en Segunda División A. Marcos debuta en la categoría de plata con el equipo jienense en la jornada 38, en el campo de Los Pajaritos del Numancia. El Jaén lucha a la desesperada por evitar el descenso pero acabará sucumbiendo, regresando, sólo una temporada después, a Segunda B.
En la campaña 2002/2003 ficha por el CD Castellón, donde será un jugador muy querido por la afición albinegra; una afición exigente que sabe, sin embargo, recompensar a aquellos futbolistas que lo dan todo y que vive, con resignación y cierto estupor, a la sombra del Villareal, el modesto equipo vecino, el pequeño «Submarino», convertido, casi de un día para otro, en Transatlántico. La afición «orelluda» ansía el regreso de su equipo a Segunda A y ve cumplido su sueño en la temporada 2004/2005, tras eliminar al Zamora, poniendo fin a un ciclo largo y tortuoso de 11 temporadas de presencia ininterrumpida en Segunda B. Marcos es un ídolo en Castellón pero, con el equipo en Segunda A, la falta de oportunidades le obligan a buscar fortuna en el potente Alicante CF, con el que acaba la temporada 2005/2006. Con el histórico club alicantinista está a punto de conseguir un nuevo ascenso a la categoría de plata, perdiendo el pasaporte, con todo a favor, tras una inesperada derrota en casa ante la Ponferradina.
En la temporada 2006/07 ficha por otro histórico, el CD Alcoyano, disputando una nueva promoción y consiguiendo un record difícilmente igualable: Marcos disputó 5 promociones a Segunda A de forma consecutiva en el periodo 2002-2007: 3 con el Castellón, 1 con el Alicante y 1 con el Alcoyano. Pero, tras una temporada más en Alcoi, llega la hora de regresar a casa.

VUELTA A GANDIA
Marcos vuelve al Gandia con 35 años, en la temporada 2008/09. En el equipo blanquiazul, casi 10 años después, sigue Dionisio Ollero ocupando la presidencia, pero la realidad del club es otra muy diferente. El equipo emergente de finales de los 90 que ambicionaba convertirse en un club profesional y alcanzar la Segunda División A, es, casi una década después, un club con serios problemas económicos, agravados, además, por el estallido de la crisis económica de 2008. Un equipo que viene de tocar fondo tras jugar dos temporadas en Regional Preferente. Nada comparado, en cualquier caso, con el hundimiento que aguardará unos pocos años después.
El Gandia tenía como entrenador a Toni Seligrat, técnico de Torrent que había llegado al club, tras una corta experiencia en el Aris de Salónica griego, en las últimas jornadas de la temporada 2007/08, para conseguir un sufrido ascenso en la promoción a Tercera, en el campo del Buñol. Tras una ausencia de 9 temporadas, el Gandia tenía la urgencia histórica de regresar a Segunda B y Marcos, junto con Kiko Lacasa, otro ilustre que vuelve al Guillermo Olagüe, se convierte en el fichaje estelar del equipo de la temporada 2008/2009. Marcos, después de muchos años y muchos equipos en la mochila, vuelve a casa para devolver al Gandia a Segunda B.
El equipo, sin embargo, fracasará en su primer intento y ni siquiera conseguirá la clasificación para disputar la promoción. En la antepenúltima jornada de Liga lucha con Eldense y Torrevieja por la cuarta posicion, la última plaza que da acceso a la promoción, pero una inesperada derrota por 0-1 ante el Juventud Barrio del Cristo, seguida de un empate, también en casa (2-2) ante el Torrevieja, en la penúltima jornada, dilapidan las opciones gandienses.

La temporada 2009/10 se plantea con idéntico objetivo: el ascenso. Y para ello el equipo se refuerza con ilustres veteranos, curtidos en la Segunda B, como SanJulián o Garrido, además de producirse el regreso en la portería del gandiense Carlos Burguera (forjado en las canteras del Real Madrid y Valencia). Sin embargo, la situacion económica del club se agrava a marchas forzadas. En el mes de Marzo se acumulan varias mensualidades impagadas y el equipo está fuera de la promoción de ascenso. La situación es límite y parece que el hundimiento es inminente, pero es entonces cuando el Gandia de Seligrat se reivindica, ganando en el campo del líder Alzira por 1-3 (jornada 29), un triunfo que supone un punto de inflexión y que se traduce en una racha de excelentes resultados en la recta final del campeonato. Además, en el mes de Abril, Dionisio Ollero, después de 12 temporadas en la presidencia, cede la gestión del club a la asociación APLEG, que trata de reflotar una nave a la deriva.
En plena recuperación deportiva e institucional del Gandia, Marcos sufre una lesión muscular en la jornada 34 de liga, ante el Alicante B, en el Guillermo Olagüe. Un contratiempo que puede significar su adiós a la temporada.
Después de un gran sprint final de liga, el Gandia, que acumula 11 partidos sin perder (con 8 victorias y 3 empates) se proclama campeón de Tercera División por tercera vez en su historia, superando por el «goal average» a su rival directo, la UD Alzira, con el que finaliza la liga empatado a puntos. La clasificación para disputar la promoción permite a Marcos ajustar su recuperación: podrá volver justo para el partido de la vuelta de la eliminatoria decisiva.
El Gandia se enfrentará en la ronda de campeones a un equipo albaceteño, La Roda CF, campeón del grupo manchego. El ascenso queda reservado al ganador de la eliminatoria, mientras el perdedor tiene una segunda oportunidad en la repesca.
El partido de ida se disputa un sábado 15 de Mayo de 2010, con la ausencia destacada de Marcos. El Guillermo Olagüe presenta el ambiente de las mejores ocasiones: gran entrada y nutrida presencia de aficionados albaceteños que contribuyen a dibujar un fenomenal colorido en las gradas. El Gandia se muestra superior a su rival desde el comienzo, consiguiendo adelantarse en el marcador a los 8 minutos de juego por mediación de Sergio Floro (sobrino del ilustre ex-entrenador gandiense Benito Floro). El partido, sin embargo, estaría marcado por la absurda expulsión del gandiense Rivera, en el minuto 17, que dejaba a los blanquiazules en inferioridad durante casi todo el partido. Pese a ello, Elies iba a conseguir poco después (minuto 20), de penalti, el 2-0 ante la euforia de la hinchada gandiense. En los últimos instantes de la primera parte llegaría, sin embargo, un jarro de agua fría en forma de gol del equipo albaceteño, obra de Santi Polo. La segunda parte se presentaba difícil para el Gandia, pero, en un partido tenso y embarullado, el equipo conseguía mantener la minima ventaja (2-1) con la que afrontar el partido de vuelta.

El sábado 22 de Mayo, justo 7 días después, se disputaba el partido decisivo. Marcos vuelve a entrenar en la semana previa al mismo, pero la fatalidad vuelve a planear sobre el Guillermo Olagüe: el delantero gandiense vuelve a romperse y decide, a la desesperada, en su previsible último partido, infiltrarse para, al menos, en el caso de ser necesario, disputar la recta final del partido. Marcos, dispuesto a jugar como sea, bromea incluso con Toni Seligrat y le asegura que va a conseguir el gol del ascenso…

Hasta 400 aficionados gandienses se desplazan al Estadio Municipal de Deportes de La Roda, que presenta un lleno hasta la bandera. El Gandia de Seligrat presenta un equipo que salta al campo con la intención de defender, con uñas y dientes, la corta renta del partido de ida. El partido, sin embargo, no puede empezar peor para los blanquiazules pues La Roda se adelanta en el marcador, en el minuto 20, con un gol obra de Mauro que obliga al Gandia a buscar el empate. Rivera entra al terreno de juego por Aguilera en el minuto 36 y al descanso el marcador sigue favorable a los locales. En el minuto 10 de la reanudación La Roda se queda en inferioridad numérica por la expulsión de Jesús y el Gandia intensifica su dominio en busca de un gol que puede valer el ascenso. Peñarrubia entra al campo por Carrillo en el minuto 64 mientras Marcos, cuya infiltración apenas da para aguantar sobre el terreno de juego 20 minutos, espera su momento. Es en el minuto 78 cuando se produce el relevo esperado: Naveiro, el capitán blanquiazul (que disputará también su último partido en La Roda) abandona el campo y entra Marcos Estruch. En el minuto 83, Marcos dispone de una oportunidad para conseguir el empate pero en dicha jugada se vuelve a romper; la infiltración apenas dió, en realidad, para 5 minutos. El partido agoniza con la ventaja de La Roda, que acaricia el ascenso, mientras el Gandia busca a la desesperada el empate con un Marcos lesionado, que apenas puede moverse sobre el terreno de juego. Es entonces cuando llega la jugada que cambiará el desenlace del partido.
En el minuto 89 se produce una internada por la banda izquierda de Peñarrubia, con centro de éste y remate de Sergio Floro. Alejandro, el portero local, rechaza el balón, que llega a pies de Marcos, quien consigue enviar el balón al fondo de las mallas para empatar el partido. Minutos después del gol del empate, el árbitro pita el final y el Gandia y su aficion estallan de júbilo. 10 años después, el Gandia volverá a Segunda División B.

Marcos, el héroe del partido, había cumplido con su particular profecía, consiguiendo, en un último y desesperado esfuerzo, un gol que valía el ascenso, en una noche de Primavera dificilmente olvidable, en tierras manchegas. Un gol que llegaba en la despedida; en el último acto de la última representación. Marcos Estruch marcó su último gol como en un sueño. Como en el mejor de los sueños. Y entonces el telón bajó para siempre.
Xavi Martí-Futbol en la Ribera del Serpis.

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