Repasando la historia del CF Gandia debemos hacer parada ineludible en la temporada 1972/1973 con una doble motivación: en primer lugar para recordar el ascenso a Tercera División conseguido ante el Poblense, en una eliminatoria resuelta en Gandia en uno de los partidos más emocionantes de la historia del club y que pasa por ser, además, el primer ascenso deportivo conseguido en su historia, pues los dos ascensos precedentes (1952 y 1953), que llevaron al Gandia de Segunda Regional a Tercera División, se fraguaron en los despachos; y en segundo lugar porque fue la última temporada en el cargo del presidente Guillermo Olagüe, uno de los grandes nombres de la historia del Club de Fútbol Gandia cuyo adiós sería algo más que una despedida deportiva…
GUILLERMO OLAGÜE. 1964-1973.
Guillermo Olagüe Fatas, médico estamotólogo de origen aragonés, nacido en 1912, accede a la presidencia del CF Gandia en la temporada 1964/1965. El propio Olagüe reconoce que accedió al cargo «porque no había otro». Lo cierto es que inicialmente fue designado como directivo encargado de llevar a cabo el proyecto de construcción del nuevo estadio, pero acabó siendo elegido presidente, iniciando una época dorada en la historia del club que convirtió al Gandia en uno de los clubes más importantes del fútbol valenciano.
Olagüe fue el principal promotor del actual estadio, un proyecto ineludible, pues el Gandia, inmerso en un proceso legal con los propietarios de los terrenos del campo del Mondúber, se vio obligado, por resolución judicial, a abandonar la que fue su casa desde 1947 y a buscar un nuevo hogar.
Finalmente, el último día del año 1967, se inauguró el nuevo recinto con motivo de un partido de Liga ante el CD Acero. Se decidió que el nuevo estadio llevara el nombre de quien fue su principal impulsor, haciendo justicia a la persona que tuvo que lidiar con no pocas dificultades y que sufrió no pocos quebraderos de cabeza. En efecto, el nacimiento del campo fue largo, difícil y costoso, y en muchas ocasiones el presidente gandiense se sintió solo e incomprendido ante una sociedad y un ayuntamiento gandienses que no respondieron al entusiasmo de su máximo valedor. Finalmente, aunque el proyecto inicial, que incluía un complejo polideportivo, quedó a medias, Gandia pudo presumir de tener uno de los mejores estadios del fútbol valenciano y de toda la tercera división nacional.

En el aspecto deportivo, el Gandia de Guillermo Olagüe se convirtió en uno de los grandes de la Tercera División valenciana de la década de los sesenta. El equipo, durante ese periodo, nunca bajó de la cuarta posición, y aunque el sueño del ascenso a Segunda se resistió, el Gandia fue tres veces Subcampeón de Liga, disputó dos promociones de ascenso (ante Sestao y Mahón) y se clasificó para disputar un nuevo formato de Tercera División nacional, con solo 4 grupos, a partir de la temporada 1970/1971; una Tercera que en realidad era el equivalente exacto a la Segunda B de los años 1987 a 2021.
El periodo presidencial de Olagüe estuvo marcado por un espíritu continuista que llevó a confiar las riendas del primer equipo en José Arnau durante, nada menos, que ocho temporadas consecutivas, un echo ciertamente inusual en aquellos y en estos tiempos.
Otros nombres destacados vinculados a su presidencia fueron igualmente Andrés Merí, presidente fundacional del club y perfecto conocedor de los entresijos del fútbol valenciano, que ejercía el cargo de Secretario Técnico, y Vicente Calderón, presidente del Atlético de Madrid, cuya vinculación con nuestra ciudad propició una relación de amistad con Guillermo Olagüe que resultó muy provechosa para el Gandia, ya que facilitó la cesión de excelentes futbolistas de la cantera colchonera como Orozco o, sobre todo, Manolo Clares. En el aspecto personal el presidente del CF Gandia destacó por ser una persona cercana, con un grado elevado de humanidad y dispuesta a ayudar cuando se le requería. El propio Clares reconocía que, a su paso por Gandia, Guillermo Olagüe fue como un segundo padre para él.
La cantera tuvo especial protagonismo con Olagüe, pues nutrió al primer equipo de excelentes futbolistas, algunos de ellos auténticos mitos blanquiazules: Pallarés, Totó, Maso, Soldevila, Sorribes, Juanín o Sanz fueron nombres habituales en las alineaciones del Gandia de los sesenta y principios de los setenta. Además, renació de sus cenizas el histórico Club Deportivo Gandiense, el equipo filial del Gandia, que regresó a la competición en la temporada 1966/1967 y que consiguió alcanzar, en la temporada 1969/1970, la clasificación para la Regional Preferente, equivalente a la actual Tercera RFEF, aunque, lamentablemente, tuvo que renunciar, pues la situación económica del Gandia hacía inviable el proyecto.
Guillermo Olagüe, acostumbrado a los éxitos de los sesenta, conocerá, sin embargo, el lado amargo del fútbol con la llegada de la nueva década. La participación en una Tercera división, prácticamente profesional, a partir de la temporada 1970/1971, con lo que ello supuso en forma de fichas más elevadas y desplazamientos más costosos, pasará factura al club.
La temporada 1971/1972 se afronta con escasos recursos, lo que obliga al Gandia a confeccionar un equipo con jugadores de la casa mas algunas cesiones del CD Castellón. Ni siquiera las 450.000 pesetas percibidas por el traspaso de Manolo Clares al equipo «orellut» sirvieron para paliar las maltrechas arcas blanquiazules y así, con un equipo de circunstancias, el Gandia, difícilmente, pudo competir en una categoría tan potente, finalizando el campeonato en el farolillo rojo de la clasificación y perdiendo, en consecuencia, la categoría tras 19 temporadas de presencia continuada.

DEBUT EN REGIONAL PREFERENTE.
En la campaña 1972/1973 el Gandia debuta, pues, muy a su pesar, en la Regional Preferente, una competición integrada por un grupo único de 20 equipos. Creada en la temporada 1970/1971, la nueva competición nace con el propósito de hacer de «puente» entre la nueva Tercera División nacional y la Primera Regional.
Guillermo Olagüe, que habia pensado renunciar a la presidencia, decide seguir un año más con el fin de devolver al Gandia a la categoría perdida. Su salud, sin embargo, comenzará a resentirse, recibiendo un primer aviso en forma de infarto de miocardio.
El Gandia confecciona un equipo integrado casi exclusivamente por jugadores de La Safor. El club consigue retener, pese a que algunos futbolistas reciben ofertas de equipos de superior categoría, a jugadores fundamentales como Tano, Soldevila, Totó, Sorribes, Maso o Sanz, además de Melo, Juanín Martí y Melis, futbolistas que forman la columna vertebral del Gandia. Ascienden, además, al primer equipo, un puñado de juveniles (Isidro, Uribe, Escrivà, Ortuño, Cabañero o Miguelin) y completan la plantilla unas pocas incorporaciones de futbolistas con experiencia en categoría regional como Llopis (Catarroja), Simó (Cullera), Del Campo (Bétera), Grau y López Sevilla, así como un joven y prometedor delantero olivense, Vicente Morera, cedido por el Valencia Aficionados. Por último, se produce el regreso del navarro Juan Carlos Zuazu, nombre fundamental en el Gandia de finales de los 60, quien tras jugar una temporada con el equipo de su ciudad natal, el CD Tudelano, regresa a la Ciudad Ducal.
José Arnau, que ficha por el Algemesí, pone punto y final a una trayectoria récord en el banquillo gandiense, siendo sustituido por Brines, entrenador de la cantera, una decisión que provoca cierta controversia entre la afición y los pesos pesados de la plantilla ante el escaso bagaje del entrenador de Tavernes de Valldigna, reducido a unas pocas temporadas en categoría regional con el Tavernes y el Gandiense.

La temporada comenzará con una sorprendente derrota en casa, en la primera jornada, por 3-5 ante el Benifaió. El equipo conseguirá, sin embargo, recuperarse del mazazo inicial, encadenando 17 partidos consecutivos sin perder (no volverá a hacerlo hasta la jornada 19 en Paiporta), lo que le permitirá consolidarse en el grupo de cabeza de la tabla.
La primera posición, parece, sin embargo, mediada la segunda vuelta, reservada a la UD Alzira, que comanda con paso firme en la tabla desde las primeras jornadas de la competición. El equipo alcirista, entrenado por un viejo conocido de la afición gandiense, Pepe Llopis, jugador y entrenador blanquiazul en los años cincuenta, no está dispuesto, tras rozar el ascenso en temporadas anteriores, a dejar escapar la oportunidad.
Reservada, pues, la primera posición y el ascenso directo al Alzira, el Gandia lucha por la segunda plaza que da opción a la promoción, con el Benicarló como principal rival. Un Benicarló que, como el Gandia, había descendido la temporada anterior desde la Tercera división.
Los Benicarlandos defienden la segunda posición con uñas y dientes durante muchas jornadas, pero el Gandia, tercero a dos puntos, espera su momento; en la jornada 35 se produce la gran oportunidad con la derrota del Benicarló en Torrent (2-1). El Gandia no desaprovecha la ocasión y vence en casa al Bétera por 3-1, igualando a 48 puntos con el equipo del Baix Maestrat y superándole en el goal average particular (victoria blanquiazul en Gandia y empate en Benicarló).
Restan tres jornadas para el final y los gandienses dependen de sí mismos. En los siguientes partidos el Gandia se impone claramente a Torrent y Catarroja, mientras el Benicarló hace lo mismo ante sus rivales. Llegados a la última jornada los blanquiazules reciben en casa al Paiporta, mientras el Benicarló visita el campo del At.Levante. El Gandia de Brines, que depende de sí mismo, no deja escapar la oportunidad, imponiéndose con claridad por 3-0 a un Paiporta que ocupa la última posición y está ya descendido, mientras el Benicarló, por su parte, se despide de la temporada con un triste empate en el campo del filial levantinista.
Finalizado, pues, el campeonato, el Alzira celebra un justo ascenso proclamándose campeón con 59 puntos, seguido del Gandia, que con 54 puntos, uno más que el Benicarló, se prepara para disputar la promoción.
Tano se convierte en el máximo goleador del Gandia con 20 goles, seguido de una de las revelaciones de la temporada, el joven Juanín Martí con 18 tantos. El olivense Morera, otro de los más jóvenes de la plantilla, consigue 12 goles, mientras en la portería, Isidro, uno de los representantes del equipo Juvenil, se revela como un buen portero que acabará alcanzando la titularidad.

LA PROMOCIÓN.
El Martes 29 de Mayo, dos días después de finalizada la Liga, se celebra en la sede de la Federación Española el sorteo de la promoción de permanencia/ascenso. En el bombo se incluyen 16 equipos de Tercera división (los clasificados entre los puestos 13 y 16) y otros 16 equipos de Preferente. Finalmente, el rival del Gandia será un histórico equipo balear: la Unión Deportiva Poblense.
El 10 de Junio de 1973 se disputa el partido de ida en el camp de Sa Fortalessa de Sa Pobla. El Gandia viaja con el objetivo de conseguir un buen resultado que decida la eliminatoria en el Guillermo Olagüe. Los blanquiazules forman con Isidro; Melo, Soldevila, Sorribes; Maso, López Sevilla; Melis, Grau, Morera, Tano y Juanín. En la segunda parte Zuazu entrará por Melis y Simó por Morera.
El Poblense domina el partido, pero el Gandia golpea primero: Morera a los cuatro minutos de la segunda parte adelanta a los gandienses ante los protestas locales que reclaman posición de fuera de fuego. El Poblense, entonces, intensifica su dominio y Oliver consigue, finalmente, el empate en el minuto 85. Poco después, el argentino Errandonea marca el 2-1 para el Poblense, pero el árbitro, muy criticado por los locales, anula el gol por fuera de juego.
El empate final a 1 gol deja la eliminatoria abierta, pero con la ligera ventaja que supone decidir la eliminatoria en casa.
Una semana después, el Domingo 17 de Junio de 1973, se disputa el partido decisivo en el Guillermo Olagüe, con exactamente la misma alineación inicial de los gandienses en Sa Pobla. El estadio blanquiazul presenta una gran entrada y el Gandia, espoleado por el público, protagoniza un comienzo fulgurante que culmina con el primer gol del partido; a los 8 minutos de juego se saca una falta y Tano desvía la trayectoria del balón para que Maso remate al fondo de las mallas. Los gandienses multiplican las ocasiones en los primeros minutos y buscan sentenciar la eliminatoria por la vía rápida, sin embargo es el Poblense, cuando se cumple el minuto 36, en un contragolpe, quien consigue empatar el partido y la eliminatoria por mediación de Bennassar, un gol que supone un auténtico jarro de agua fría para la afición.
El delantero navarro Zuazu se incorpora al terreno de juego en el minuto 37 de la segunda parte en sustitución de Melis, pero el marcador no se mueve y con empate a 1 gol se llega a la prórroga.
La eliminatoria parece dirigirse inevitablemente a la suerte de los penaltis, cuando en el minuto 6 de la segunda parte de la prolongación se produce la jugada decisiva: el Gandia bota un córner, Zuazu y el portero mallorquín Nicolau pugnan por el balón y éste ultimo, involuntariamente, introduce el balón en su propia portería. Los mallorquines protestan airadamente una posible falta sobre su portero, pero el árbitro Jaramillo González, del colegio norteafricano, da validez al gol, que supone la victoria final por 2-1 y el regreso a Tercera Division ante el júbilo de la afición blanquiazul, que celebra la victoria por todo lo alto. Al término del partido se realizan diversos actos en el Ayuntamiento y La Colegiata.

LA DESPEDIDA
Poco después de finalizada la temporada, el 11 de Julio de 1973, se celebra en Fomento la Asamblea en la que Guillermo Olagüe declina su cargo de presidente en favor de Vicente Ribes. En un acto emotivo, el presidente renuncia públicamente a la deuda que tenía contraída el club con él, 2 millones de pesetas, una cantidad muy considerable en la época (el presupuesto del equipo en la temporada 1972/1973 ascendía a ese importe), pues en propias palabras «cuando vine a Gandia nada tenía; aquí he trabajado, vivido y criado a mis hijos; justo es que a Gandia le devuelva lo que ella me dió».
Pocas semanas después de la salida del club, el sábado 4 de Agosto de 1973, la muerte se llevó a Guillermo Olagüe. Una nueva sacudida cardíaca, esta vez irreversible, cuando finalizaba su jornada laboral en la clínica, hizo detener las manecillas de su reloj vital.
Al día siguiente fue enterrado en un acto considerado como gran manifestación de duelo y admiración de la sociedad gandiense. Cientos de personas abarrotaron el tramo de la Avenida República Argentina situado frente a la Parroquia de Cristo Rey, donde tuvo lugar el sepelio.
El féretro fue portado por directivos y futbolistas, en un día en que la historia blanquiazul se tiñó, definitivamente, del color negro.
El periodista del Diario «Ciudad de Alcoy», F. Moltó, dedicaba un emotivo artículo, el día 7 de Agosto, en el que revelaba algunas conversaciones recientes con el difunto presidente. En ellas Guillermo Olagüe se mostraba resignado ante el futuro dada la gravedad de su enfermedad y reconocía, con cierto dolor, los malos momentos pasados en su etapa como dirigente: «yo he sufrido mucho en la vida, y en la guerra pasé muchas calamidades, pero los más grandes disgustos me los ha dado el fútbol».
El 4 de Agosto de 2017 la directiva del CF Gandia, encabezada por Jesús Sendra, realizaba en el Cementerio de Gandia un sencillo pero emotivo homenaje a Guillermo Olagüe en conmemoración del 50 aniversario de la inauguración del estadio. Los directivos y jugadores gandienses que conocieron a Olagüe, reunidos en el acto, no desaprovecharon la oportunidad para recordar a quien fue admirado por su bondad y su amor a los colores.
Uno de aquellos directivos, José Tormo, leyó una de las cartas manuscritas de agradecimiento que Guillermo Olagüe entregó, en la Asamblea que puso fin a su mandato, a cada uno de los integrantes de su Junta Directiva. Una carta que, en vista de los acontecimientos posteriores, iba a ser mucho más que una despedida deportiva.

El adiós de Guillermo Olagüe dejó huérfano al Gandia de un personaje fundamental para entender la historia del club, pero sigue vivo, sin embargo, el legado de un estadio que lleva su nombre y que hace honor a la trayectoria del gran presidente, posiblemente el mejor, de la historia del Club de Fútbol Gandia.
Xavi Martí-Fútbol en la Ribera del Serpis.
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